Y comenzó la sexta temporada. Como rezaban los tráilers, esta vez “Nada está escrito”. Por primera vez en el transcurso de esta larga saga, lectores y espectadores nos encontramos en el mismo punto de la historia. Al término de la pasada temporada quedaron los restos del material de Danza de Dragones, salvo cuatro pinceladas de Festín de Cuervos que trataremos llegado el momento, y sin Vientos de Invierno en el horizonte, nos encontramos prácticamente desnudos ante un nuevo material que puede, o no, ser relevante en el futuro de los libros.
Y es por ello que estamos aquí. Pero por razones obvias, este año no podremos comparar la serie con los libros, y lo que haremos será analizar los guiones de la temporada y argumentar qué desde nuestro punto de vista sin perder de vista que la adaptación de HBO se ha ido distanciado año tras año de Canción de Hielo y Fuego. Para ello nos valdremos de conjeturas, teorías, o incluso de los propios perfiles de los personajes tal y como los conocemos en la obra escrita.
A por el primer episodio…
En el Norte
En las proximidades de Invernalia, vimos como el asalto por parte de Stannis Baratheon guiando a sus diezmadas fuerzas terminó en fracaso absoluto. La batalla se decidió con una abrumadora victoria de la Casa Bolton, aunque no nos muestran ni prisioneros, huidos o cadáveres. Sin embargo, los vencedores no están para celebraciones, especialmente el patriarca de la familia. Lord Roose deja bien claro a Ramsay que el librarse de la amenaza de Stannis ha solucionado la menor de las preocupaciones. Su esposa Sansa se ha fugado con Theon, y con ellos la seguridad de tener en favor de los Bolton la lealtad del resto de casas norteñas.
Por los comentarios de Roose suponemos que llegó a oídos de la Corona la noticia del matrimonio Bolton-Stark, lo que es de facto una traición, y por tanto deben estar preparados para posibles represalias. El zasca de Lord Bolton a su bastardo deseando que su próximo hijo nazca varón ha sido el broche de la escena.
Entre tanto, Sansa y Theon son interceptados por los ya conocidos mejores hombres de Ramsay. Pero llega Brienne al rescate. Tras deshacerse de los rastreadores y hacer desaparecer unos perros, la Doncella de Tarth vuelve a ofrecerse como el escudo juramentado de Sansa (en el pasado ya se encontraron en la Posada de la Encrucijada, con Lord Baelish presente). Dadas las circunstancias, esta vez acepta.
A falta de una aparición estelar de Meñique, esperamos que la situación se torne positiva para Sansa, quien comenzó bien en el Valle como Alayne, pero que no ganó para disgustos durante la temporada pasada. Por su parte, Brienne parece haber alcanzado por fin un objetivo tras haberse pateado medio país, cuando en los libros todavía la tenemos perdida y deambulando por las Tierras de los Ríos.
Estaremos atentos a ver como se desarrolla este interesante y predecible reencuentro en la serie. Tema aparte, no me canso de destacar la interpretación de Alfie Allen cada vez que aparece.
En Desembarco del Rey
En la capital de Los Siete Reinos en principio no ocurren novedades muy relevantes. Margaery vuelve a escena en su cautiverio. En los libros, terminamos leyendo que fue puesta en libertad (a la espera de juicio), pues la acusación no terminaba de sostenerse. Aquí en la serie, sin embargo, la condena se va alargando, y pasará algún tiempo según las palabras del Gorrión Supremo. Me atrevería a decir que van a exprimir un poco el drama, como ya ocurriera con Cersei, y Natalie Dormer nos puede terminar dando alguna sorpresa.
Cersei, absorta en sus pensamientos, es informada de que llega un navío de Dorne. La sonrisa cambia rápidamente al horror al percatarse de lo ocurrido. Su hija Myrcella muerta, y ya van dos. La obsesión por la profecía de Maggy la Rana vuelve, pues quedan Tommen y su propia muerte a manos del valonqar para que se cumpla. Y hablando de hermanos menores… Este Jaime sigue sin gustarme lo más mínimo desde la pasada temporada. Dejando aparte lo enganchado que continúa a Cersei, la evolución que comenzó con la pérdida de su mano derecha se ha estancado completamente. Una evolución que sí ha ido desarrollándose durante Festín de Cuervos, y que le han llevado a ocuparse de otros asuntos. Aquí unas poco tranquilizadoras palabras asegurando que les devolverán a los hermanos Lannister todo lo que les han quitado… Ese Jaime que recuerda más al bocazas y hombre de acción que conocimos tiempo atrás.
El acompañante de Jaime, Trystane, es absurdamente asesinado en el barco que les trajo de Dorne. ¿Por quién? Obara y Nymeria. Sí, aquellas que estaban en un puerto de Dorne cuando Jaime y cía zarparon. Pero aquí las tenemos, armadas dentro del barco en el que se hospeda el heredero de la casa responsable de la muerte de Myrcella. En cuestión de segundos el hijo menor de Doran Martell cae, sin tiempo ni de defenderse.
Lo que más agradezco de la escena es que haya sido rápida, ya que resulta lamentable a ojos de los lectores. Entre lo poco avispado que es el chaval y que no ha aportado absolutamente nada a la serie… Hasta Quentyn tuvo una muerte más digna.
En Dorne
Y precisamente en Dorne nos encontramos una de las grandes decepciones del capítulo, y por extensión, una de las tramas más estúpidas e innecesarias que ha habido en Juego de Tronos. En unos pocos minutos, la Casa Martell es borrada del mapa. Además por obra de su propia familia.
El supuesto detonante de este magnicidio es la carta que recibe Doran en la que se le informa de la muerte de Myrcella (que aparentemente murió a la hora o así de un viaje de días o semanas en barco). El mensaje decía lo siguiente:
«La Princesa Myrcella murió envenenada en nuestro viaje de regreso. Sospecho de Ellaria y no de ti, pero mi hermana demandará guerra. Dudo que la cabeza de Ellaria la apacigüe pero será un comienzo, junto con las de tus sobrinas. Tu hijo no puede quedarse en Desembarco del Rey. Lo envío de regreso en el mismo barco.»
Podríamos hacer auténticos malabares con esta nota (que aparece en pantalla décimas de segundos), y argumentar que salió de Desembarco a la vez que Trystane hace tiempo, y que Obara y Nymeria interceptaron ese barco en alta mar y asesinaron a Trystane. Todo eso antes de que la nota llegue (volando) a Dorne (y sin preguntarnos por qué demonios Jaime iba a soltar a Trystane, traicionando a la vez a su amada Cersei).
Pero no HBO. Con Dorne se ha hecho todo mal. Salvo la recreación de los Jardines del Agua. Los minutos en los que han aparecido los dornienses de Lanza del Sol han sido escasos, con irregularidad, y donde la congruencia ha brillado por su ausencia. La serie nos ha traído a una Ellaria Arena con una sed irracional y enfermiza de venganza, una venganza que comienza por cómo acabó el juicio por combate en el que Oberyn participó voluntariamente. Además nos trae a unas Serpientes de Arena aparentemente letales pero que a la vez resultan bochornosas en pantalla. Sin ápice de carisma y personalidad alguna. Las armas y al lío.
Y tenemos también al príncipe Doran Martell. La versión que ha dado la serie de Doran no es la de aquel líder astuto y calculador, enredando con la caída de los Lannister en silencio desde su silla de ruedas. El Doran de la serie es un señor de mentalidad frágil, conformista, y que parece no darle muchas vueltas a lo que ha sucedido (y continúa sucediendo) hasta que no le estalla en las narices.
Y por si fuera poco, más muertes extrañas: a un hombre de la envergadura de Areo Hotah, se le mata fácil con una especie de abrecartas. Ni que decir que todo esto es bastante improbable que ocurra en los libros tan absurdamente. Segunda gran casa noble que extingue la serie, como ya hiciera el año pasado con la Casa Baratheon. Un final triste y sin sentido a una trama que podría haber dado mucho juego si se hubiera llevado de otro modo, respecto a la figura de Doran. Solo me queda hacer especial mención a este ensayo, publicado no hace mucho, sobre esta caricatura que ha hecho HBO con Dorne. Y lo peor de todo es que a las vengadoras todavía les queda cuerda…
En Essos
Ponemos tierra de por medio y comprobamos que Jorah y Daario prosiguen la búsqueda de su reina. Tras el diálogo, tenemos un nuevo plano de la psoriagrís de Jorah. Se va extendiendo, por lo que muy a nuestro pesar nos terminará dejando tarde o temprano, como cierto personaje que padece de lo mismo, pero que solo existe en Danza de Dragones. No podía faltar el “sorprendente” momento en el que de forma milagrosa hallan el anillo de Daenerys, que muy inteligentemente ella había depositado.
La Madre de Dragones es llevada ante un nuevo Khal de los dothrakis, y se salva de un destino poco agradable gracias a su pico de oro. Aprecio el momento en el que entre su lista de títulos menciona el de “reina de los Rhoynar“, que ha pronunciado por primera vez en la serie. Sin sorpresas, se anuncia que será llevada al dosh kaleen, a vivir con las viudas de los khals. De lo que podemos esperar en el próximo libro: creo que Daenerys muy seguramente volverá a pasar por Vaes Dothrak, pero para quedarse unos cuantos capítulos.
En Meereen, Tyrion y Varys se dan un paseo, valorando la situación actual de la ciudad. Entre las hambrunas, las desconfianzas generadas entre el pueblo que ha visto partir a su reina, y los continuos ataques de los Hijos de la Arpía, el dúo va a necesitar meterse en faena con el gobierno de la ciudad. La Araña resalta en Tyrion que se encuentra bastante más seguro y optimista, a pesar del panorama. Nos recuerda al Tyrion que ejerció de Mano del Rey en Desembarco, pero liberado de las ataduras de Joffrey y de una guerra a las puertas (que parece que no llegará). Nada más trascendental por ahora.
Y en las calles de Girona Braavos, Arya se encuentra mendigando tras haber perdido la vista. La Niña Abandonada viene para pelear, y Arya pierde estrepitosamente llevándose una buena paliza. La escena en sí es una muestra del cruel entrenamiento que ha comenzado, de modo que muy seguramente, los instintos de Arya mejoren hasta alcanzar una nueva fase de su adiestramiento como asesina sin Rostro.
En el Muro
El Muro sigue siendo una de las tramas más apetecibles tanto para lectores como espectadores. Tras el “Por la Guardia”, lo que venga a continuación es uno de los temas que más se han debatido y teorizado entre el fandom durante años, pero será la serie la que nos mostrará el camino de las respuestas.
Destacado papel de Davos en estas escenas, que se lleva el peso del protagonismo al llamar a la calma y a trazar un plan de defensa junto con los pocos que se han mantenido leales a Jon. Mientras tanto, Melisandre visita el cadáver del Lord Comandante y se lamenta al recordar lo que las llamas le han mostrado: “Lo vi en las llamas, luchando en Invernalia.” La mujer roja ya recibía imágenes deduciblemente conexas, con los estandartes Bolton incendiados.
Pero la realidad es que tanto Stannis como Jon se han ido, por lo que la sacerdotisa se derrumba ante su incomprensión de los hechos. En los libros ya descubrimos que Melisandre no es perfecta interpretando las llamas (especialmente en este asunto), pero reflexiona sobre su compresión de los hechos antes de dudar de su fe.
La escena final del episodio resulta ser la más impactante. La Mujer Roja se desprende de su característico collar con rubí, revelando su verdadera apariencia: la de una anciana. Y el descubrimiento de su auténtica naturaleza es el reflejo de como Melisandre se siente en esos instantes: frágil, agotada y derrotada. Como ya adelantó la actriz, Carice van Houten, en una entrevista a EW:
“Veremos un lado muy distinto de ella. Será alguien que ve cómo todas sus creencias se tambalean. Estará muy confundida. Después de ver toda su seguridad, fuerza y honor, ahora será algo muy diferente.”
Carice van Houten
El muchas veces mencionado rubí de Melisandre ha generado muchas teorías, algunas con fundamento y otras más alocadas. No sería descabellado leer un pasaje semejante en Vientos de Invierno, puesto que la propia Melisandre ha hecho alusiones a la magia de estos rubíes.
El ejemplo más significativo lo encontramos en Danza de Dragones, cuando al equiparse con uno como complemento, Mance Rayder tomó la apariencia de Casaca de Matraca y viceversa. El intercambio de apariencias sirvió para hacer creer que se había asesinado al Rey-Más-Allá-del-Muro. ¿Y si estos rubíes tienen otro tipo de poderes? El de Melisandre, juventud eterna. No faltan teorías que apuntan a que efectivamente el ojo del Cuervo de Tres Ojos brilla intensamente, como un rubí, y por quien sabemos que es, es una persona con una edad inhumanamente avanzada…
POSIBLES SPOILERS DE VIENTOS DE INVIERNO: Por si había dudas, D&D desvelan (sin pudor) en el “Inside the Episode” que en conversaciones mantenidas con GRRM en el pasado, este les reveló que “Melisandre es una persona realmente muy anciana que ha vivido siglos“.
(mañana colgaremos el Inside subtitulado).
Por lo visto esto no es nuevo para el equipo, ya que en otro vídeo con el que me he topado (del año 2013) el actor que interpretó al Maestre Cressen cuenta que preguntó a Carice porqué él muere y ella no al beber del vino envenenado, a lo que esta le respondió “Porque tiene 400 años“. Lo podréis ver aquí a partir del minuto 0:50.
Luego, siguiendo la lógica de la serie, podríamos afirmar que el poder emana del rubí de alguna forma, aunque no tuvo efectos en la Cuarta Temporada.
La valoración general del episodio es bastante positiva tras haberlo desgranado, pero de lo que hay muchas ganas es de la semana que viene, por Bran Stark y por las Islas del Hierro.
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