Ya hemos publicado ya algún ensayo (destacamos este texto de Elio García, este ensayo de Marc H. Kleinhenz, y el de Stefan Sasse) sobre la adaptación de Canción de hielo y fuego para convertirse en Juego de Tronos. Hoy os traemos otro, obra de cehage en Tower of the Hand, que pone su énfasis en un proceso muchas veces criticado: la simplificación de personajes.
Por qué la serie de la HBO no hace justicia a las novelas
Para la gran mayoría de gente que no ha leído los libros, la serie Juego de Tronos es muy disfrutable. Y virtualmente todos los que han leído la saga reconocen que los libros son geniales y obras maestras del género. Pero los amantes de los libros que ven la serie, especialmente si han leído los libros primero, inevitablemente comparan las novelas con la obra de HBO e intuyen que algo ha ido mal en la traslación de los libros a la pantalla y que resulta en que no se hace justicia a los libros que la inspiraron.
Lo primero, seamos justos, es decir que la serie tiene un gran número de cualidades extraordinarias. Se rueda en lugares magníficos, los trajes son fantásticos, los actores son excelentes, la fotografía es genial, los efectos especiales destacables y el casting, casi siempre, es muy bueno.
Hay excepciones, por supuesto: Daario Naharis debería parecer la versión mercenaria de una estrella de rock con actitud de “Soy guay y todas las mujer me desean” en lugar de un niño bien, mal elegido dos veces. Las Serpientes de Arena carecen del color, exotismo y variación de personalidad de las Serpientes del libro. Hizdahr zo Loraq no se supone que debe parecer alguien joven y guapo, sino un hombre poco atractivo y afeminado al que no le gustan las mujeres: debe ser poco deseable hasta el punto de que sea un sacrificio para Dany casarse. Además, Asha debería ser una carismática mujer que trata con hombres duros hasta ser más dura que ellos. En la serie es casi aburrida.
Martin es un maestro contador de historias. Los libros demuestran poder de la imaginación, lenguaje descriptivo, una historia orgánica con revelaciones graduales, personajes sutilmente atractivos que van creciendo y cambiando a lo largo del tiempo, voces únicas en cada uno de los personajes, una gran trayectoria en el arco de la historia, un mundo complejo con detalles ricamente imaginados y un complejo manejo y desarrollo de varios temas.
Hay que decir que trasladar de un medio, como la palabra escrita, a otro, como la televisión, va a requerir siempre una adaptación y edición. Con el reparto de miles de personajes que presenta Martin estaba claro que muchos personajes serían descartados, otros combinados y algunas tramas podadas. Son medios diferentes y la televisión es comparativamente menos efectiva mostrando la vida interior de un personaje que un libro. Además, están los límites del tiempo, presupuesto, y otros factores.
Lo que no tenía que pasar y es el fallo central de la traslación del libro a la pantalla es la malinterpretación del tema central de los libros que, esperad un segundo…que los libros son sobre un juego de tronos.
¿Qué es el juego de tronos? Meñique lo explica a Sansa: “en Desembarco del Rey hay dos tipos de personas. Los jugadores y las piezas. Cada hombre empieza siendo una pieza, y cada doncella igual. Incluso algunos que creen que son jugadores”.
La brillantez del mundo de los libros de George R.R. Martin es que ha poblado su juego con piezas y jugadores que son personajes realizados con historias personales, motivos variados, habilidades y trayectorias. Algunos son piezas, otros son jugadores, algunos crees que son jugadores cuando son realmente piezas y muchos no se dan cuenta de que están en el juego o no comprenden la naturaleza del mismo. Se trata de un juego donde las apuestas son altas: si pierdes, mueres.
Lo que la serie hace mal es reducir la complejidad de los personajes de los libros. Coge a personajes de los libros que son piezas y los convierte en jugadores, le priva a algunos personajes de su complejidad, convierte a personajes grises en negros, vuelve ambigüedades y sugerencias sobre un personajes en hechos consumados, y hace del tema central de los libros, el juego de tronos, el único tema realmente explorado. Se aplanan las aristas del rico mundo de Martin y la serie no es mejor por haber sido alisada. Podría ilustrar cada punto pero usaremos tres personajes clave como ilustraciones.
HBO reimaginando Brienne de Tarth como una asesina despiadada completamente ignora la esencia del personaje. La Brienne de los libros es una inadaptada para su tiempo. Es demasiado rara y poco atractiva para adoptar un papel de dama y su tamaño, fuerza e inclinaciones la empujan hacia la caballería que es una institución masculina. No encaja.
Brienne es una mujer que no puede ser una dama y no es aceptada como un caballero. La Brienne de los libros, a diferencia de la Brienne de acero de la HBO, tiene el corazón de una mujer. Brienne ama a Renly porque fue gentil con ella y le trató como una dama, y su lealtad correspondida es una de las partes definitorias de su personaje.
Brienne es por supuesto además una guerrera, pero cuando Brienne mata, es mucho más dramático en las novelas, porque matar a personas es difícil ya que es un acto con consecuencias emocionales. Lo que muestra HBO de una especie de guerrero Terminator es un aburrido y ridículo tópico de mujeres de Hollywood que se aleja de la realidad cruda para caer en un ilusiones dignas de Xena. La Brienne de la HBO derrota tanto a Jaime como el Perro, lo cual es, en una palabra, ridículo. Quizás lo más importante, la Brienne de los libros es valiente y caballerosa, lo cual hace su relación con Jaime aún más interesante. La Brienne de los libros es todo lo que Jaime debería ser y no es, lo que nos lleva a Jaime.
Aspectos críticos del personaje de Jaime han sido deformados de la serie de la HBO haciendo su rehabilitación final problemática: ¿destrozaría el Jaime de las novelas el cráneo de un familiar con el que comparte celda? No. Jaime puede ser despreciable en los libros pero jamás haría nada contra su familia.
¿Y por qué en la serie Jaime es un espadachín marginal? En las novelas es uno de los más grandes espadachines de Poniente, derrotando a los que se enfrenta en batallas y luchando hasta empatar con Brienne estando encadenado tras haber estado en una celda pasando hambre durante meses. Haciendo a Jaime más débil y más detestable de lo que es en las novelas, la serie hace difícil rehabilitarle (si planeaban hacerlo) lo cual empieza a suceder en las novelas cuando vemos su punto de vista.
Sí, Jaime hace cosas terribles pero lo hace porque se encuentra en una posición difícil más importante, por amor genuino: sí, no debería ser hacia su hermana, pero eso es cosa del sucio mundo de George R.R. Martin. Frente a ello, la serie le hace un personaje menos simpático, un consentido niño rico y guapo que ni siquiera es un espadachín. La serie no muestra cómo va creciendo como persona en las novelas cuando empieza a negar cosas a su hermana o a compararse con antiguos Guardias Reales, queriendo ser algo más de lo que es.
La adaptación de la HBO nos quita los grises. Margaery y Meñique son ejemplos en los libros de dos grandes personajes grises. ¿Acaso es Margaery la virgen dos veces viuda que dice ser o la experimentada y retorcida mujer que Cersei asume que es? ¿Una manipuladora jugadora o una chica sencilla? ¿Cuál es su agenda? No lo sabemos en las novelas, pero en la serie se ha convertido en una manipuladora y sensual jugadora.
Con Meñique la cosa es peor. ¿Podemos decir en los libros que es bueno? No. ¿Qué es malo? Quizás. ¿Cuáles son sus motivaciones? Nadie las sabe, salvo Meñique, haciendo que sea un personaje sumamente gris. En la serie de la HBO es inequívocamente malvado, sólo otro gran jugador del juego de tronos. Le da a Joffrey una prostituta para que la torture y la mate. Vamos, HBO, ¿no es Joffrey ya lo suficientemente despreciable?
El Meñique de la HBO sacrifica sin escrúpulos a Sansa por sus objetivos ofreciéndola a los Bolton. El Meñique de los libros jamás haría eso. En las novelas parece querer a Sansa para él mismo ya que es hermosa y le recuerda a su madre, su primer amor. Claramente tienes planes para ella, ¿pero darla a los Bolton? No. ¿Qué planea realmente Meñique? Sólo Meñique lo sabe, al menos en los libros.
Hay otros fallos más, pero no todo se ha perdido en la traslación. La serie es más exitosa cuando cambia a los personajes leo menos posible. Khal Drogo, el Perro, Arya, Ned Stark, Jon Nieve, Samwell Tarly y otra hueste de personajes básicamente no han sido tocados en lo que su naturaleza fundamental se refiere, y son esos los personajes que mejor se manejan en el paso de los libros a la pantalla.
Con esto dicho, los cambios innecesarios en personajes y el cebo del mundo de Martin amenazan con sobreponerse a las partes fieles y en conjunto hacer una serie de televisión más floja que los libros en los que se inspira. La falta de fidelidad hace que puedas llegar a pensar que los productores de la serie no entienden realmente las novelas, porque fundamentalmente esos cambios en los personajes no son necesarios en absoluto, como evidencia el hecho de que incluso editando y comprimiendo varias tramas la serie mantiene muchos de sus personajes fieles a sus contrapartes de las novelas.
Juego de Tronos es mejor cuanto menos cambia las naturalezas fundamentales de los personajes y los arcos narrativos. Su fallo central es aplanar innecesariamente las aristas de algunos de los mejores personajes y hacer más simples a personajes complejos: hace a un mundo ricamente imaginado mucho menos rico. La serie ha transformado un mundo en que los personajes representan diversas piezas de una compleja partida de ajedrez en una sencilla partida de damas.
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